miércoles, 24 de septiembre de 2008

Ayer y Ahora

Después de un estudio de las formas de vida de años anteriores, las condiciones de desigualdad que se vivían, se llega a la necesidad de organizar estos grandes esquemas mentales. ¿Cuáles son las visualizaciones de esos hechos?

Anteriormente las mujeres no elegían, la mayoría de las veces, con quien casarse, ni que pensar en el derecho a elegir un gobernante, ni pensar en dar su opinión y más inasequible aun pensar en que sus opiniones fuesen tomadas en cuenta, éramos vistas como objeto más que como sujetos. Además que la mayoría de maestros, por no englobar, tenían una praxis muy dudosa dentro del aula. Apegados a practicas arcaicas su actuación frente al grupo implicaba casi siempre el sometimiento de los intereses del niño y la violación de su libertad.

Con las ideas provenientes de otras naciones modelo, las personas tenían un marco de referencia con el cual sustentar sus ideales liberales. Conocieron que las mujeres tenían muchas áreas de desarrollo personal, y que si bien no era comparable su fuerza física con la de un hombre, el esfuerzo que una mujer era capaz de hacer en pro de sus ideales era de igual naturaleza y hasta mayor. Se dieron cuenta que ante la ley debían ser iguales, que femenino y masculino era mas una división que una distinción y que las barreras que los separaban debían ser debilitadas. De ser indistintos cada sexo nace la igualdad de oportunidad, la igualdad de poder, y llega el derecho al voto, que mas que conllevar la libertad de elegir a sus gobernantes, implicaba avances de tal magnitud incosiderables: nuestra palabra y opinión tenían peso. Desde entonces, la influencia de la mujer en decisiones, propias de hombres, ha ido en aumento.

La historia de la Infancia no pasa por alto las numerosas páginas negras cuyo protagonista ha sido el niño: el asesinato y abandono de los recién nacidos en los bosques y montañas, su sacrificio e inmolación a los dioses. Se comprendió que no solo la mujer tenía derechos, sino que los niños demandaban peso social por su importancia misma en la sociedad y como parte activa de ella: como seres.

Podré estar ciega, pero no es eterna esta circunstancia. Muy a pesar de mi ceguera, me doy cuenta de las injusticias que intentan infringir a mi persona. Y es así porque por todo lo que mis antecesores lucharon, defendieron. Hoy nadie llega a decirme que no puedo elegir con quien casarme, como ganarme la vida ni como vivirla. Gracias a todas aquellas que sacrificaron por este hoy.

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